Para ser parte del club necesitas un sombrero
En algún lugar de la Ciudad de México
Febrero del 2019

Para ser parte del club necesitas un sombrero

En colaboración con Franco Manterola, y E+E.


“El valle de Lerma, fue el valle más fértil de México”, diría mi abuelo, “¿A quién se le ocurre montar un corredor industrial en las tierras con más agua de México?“ también lo preguntó mi abuelo.

El territorio lacustre de Lerma es o más bien fue considerado una las zonas con mayor biodiversidad de ecosistemas y especies, una zona donde nunca faltó el agua: peces, anfibios, aves, insectos, reptiles y una gran diversidad de especies vegetales. Se le conoce como el granero de los antiguos. El manejo que se tenía de las cuencas sigue siendo visible en las ruinas de las terrazas y muros de piedra construidos para su filtración.

 

El deseo civilizatorio de los conquistadores en torno a desecar el río Lerma fue finalmente acuñado en este siglo con el desastre ecológico del corredor industrial que hoy notamos y sobre todo olfateamos cada vez que pasamos a su lado.

 

Hasta antes del desastre de Lerma, el entrelazamiento entre el sistema natural y sus habitantes originarios y no originarios hicieron de este valle una fuente de diversidad y abundancia cultural.

 

La infancia de mis tíos, se vio marcada por la convivencia de contradicciones en Lerma. Una ideología colonialista, extractivista, euro-centrista entrelazada con un sistema milenario de conocimientos entre territorio y vida cotidiana. Niños que crecen escuchando las historias de Jim Corbett, niños que crecen perdidos en un territorio desconocido que no es África.  

 

Desde la curiosidad como forma de aprendizaje, supieron distinguir y nombrar la diversidad de hierbas, bichos, patos y dinámicas del territorio, el rancho de Lerma fue el escape al internado fascista y católico en el que se “educaban”. El club de Daktari, el espacio del científico donde todo se podía experimentar,

 

Ahora con el proyecto colonizador concluido, solo quedan nuestras historias y el deseo de en-actuarlas. La re-creación del sombrero de pato, para entrar al club, cuando son pocos los patos, secas las ciénagas, y el territorio, una fábrica lineal.

 

Pronto estará lista la comida, ya nos sabemos las historias:

“Qué mejor forma de controlar a los zancudos que comiéndote sus huevecillos, un manjar, ”Nos encantaba recolectar huevos güeros de pato al lado de las zanjas, que al estar un poco rajados, les entraba el oxígeno y la descomposición les daba un sabor único.”


Ayate - Milpa Alta
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