Esta propuesta nace cuándo nos preguntamos por el territorio que integra a la ciudad de México. Cuando nos enteramos que el 59% de su superficie, es decir más de la mitad de su territorio, sigue siendo rural. Cuando escuchamos a las mujeres de Milpa Alta y nos contaron de lo que cultivan y recolectan. Cuando escuchamos de la tierra comunal y de la reforma agraria que lo re-ordenó todo. De cómo sus familias han dado la vida por salvaguardar el territorio, como gracias a la fuerza comunal  y a la capacidad de resistencia, gobernanza y unión, han logrado cuidar su tierra así como conservar sus modos de vida,

Entendimos con ellas de la importancia del tejido social y sobre todo de lo relevante que resulta escuchar a gente que lleva generaciones cuidando el territorio y generando nuestros alimentos. Queremos aprender de sus experiencias y con ello generar mecanismos autónomos e independientes de solidaridad para aprender a cuidarnos y co-cuidar activamente lo que queda de una ciudad rural.

Aprendimos de ellas que la violencia a la tierra, no está muy separada de la violencia a las mujeres, creemos que en la medida en que visibilizemos esta correlación podremos ir fortaleciendo aquellas acciones que se entrelazan para conservar la vida.

La acción de Echar montón en el título, surge de la invitación de mujeres de la tierra para ir a limpiar su milpa, quitar la hierba, echar montón, echar tierra al maíz para fortalecerlo. Nos pareció que alude o invita a colaborar en aras de la tierra comunal. La tierra común cuyo cuidado compartimos todxs.