¿Qué pasaría si tu referencia para contar el tiempo dejara de ser el sol?

¿Cómo sería nuestro caminar si el recorrido de la luna y los planetas a través de las estrellas, organizaran los ritmos de nuestro habitar en la tierra?

Queremos iniciar una partitura en común de los ritmos del cielo para registrar los cambios y los ciclos de nuestro territorio.

Queremos empezar a activar una red de sitios, de personas, de conocimientos, así como de haceres y re-conocer en ellos la diversidad de sus relaciones.

De la mano de Mauricio de la Puente, iniciamos una nueva cuenta, tomamos como punto de partida la luna llena pasando por las Pléyades, una cuenta que durará 19 años cuando la luna vuelva a pasar por las Pléyades de nuevo. 

Durante este lapso de tiempo, cada luna llena, nos reuniremos y registramos lo encontrado en el Zacatillo, escribiremos y simbolizamos en el territorio la presencia de bichos, flores, nubes, vientos, estrellas y semillas. Buscamos generar nuestros propios mecanismos de medición, observación y entrelazamiento con el bosque. Volvernos entre todas, agentes activos en la escucha de los cambios del territorio.

La primera luna nos regaló una gran diversidad de flores, las cuales nombramos para generar un lenguaje en común. ¿En 13 lunas habrá la misma cantidad de flores? ¿Qué tiene que pasar o qué haremos para que durante 19 años se puedan conservar?

Los invitaremos, cada luna, desde distintas plataformas a encontrarnos de algún modo a leer el territorio desde la cuenca de Amanalco de Becerra.